Unknown
|
2/23/2012 12:02:00 a. m.
|
0
comentarios
Jaime Correa Díaz
Vicepresidente Regional
Partido Demócrata Cristiano
La desaparecida “Coalición por el Cambio”
asumió el gobierno en medio de las trágicas consecuencias del terremoto y tsumani
que asolaron a gran parte del país, enarbolando las banderas de la excelencia, la
pulcritud y de buen gobierno, después de 20 años de Concertación. Chile, a su
juicio, no se merecía un quinto periodo del arco iris. Era el tiempo de la
alternancia en el poder. Así lo decidieron los ciudadanos.
La puesta en escena de su primer
gabinete, con pendrive y las tareas para la casa, y con el posterior primer
mensaje presidencial, se auto impuso grandes metas, y señaló, con algo de
soberbia, que en “veinte días hemos hecho mucho más que en veinte años”. Esos
eran parte de los grandilocuentes discursos para animar a sus huestes y opacar
a sus adversarios, mientras aun seguían celebrando el “desalojo”. Era para no creerlo, por fin.
Sin embargo, lejos de todo lo ofrecido (y
que no han cumplido), con las promesas de disminución de la delincuencia, las
mejoras en educación y en salud, la excelencia, incluyendo a los famosos y
desaparecidos Tantauco, no han logrado satisfacer las altas expectativas
generadas. “Vendrán tiempos mejores”, dicen, y mientras tanto, miran las
encuestas, desesperadamente, a ver si el azar les da una manito en estos
momentos, buscando superar esta situación, para que el gobierno y más precisamente,
la coalición que lo sustenta, no sea un breve paréntesis de cuatro años. Ese es
el fantasma que los ronda todos los días.
La Derecha había esperado décadas para
lograr la confianza de los chilenos y, por fin (para ellos), lo lograron el 17
de enero del 2010. Y no fue tanto por sus atributos, sino más bien, las
deficiencias de sus adversarios.
Algunos, en verdad, una gran mayoría,
esperábamos mucho más, obviando nuestra calidad de opositores. Sabíamos de sus
lazos profundos con el empresariado, de los conflictos de intereses, de la
escasa vocación por los cambios a la institucionalidad política y económica
implantada en los setenta y ochenta (fueron sus mentores y promotores), pero, a
ciencia cierta, ha sido peor. ¿Podría serlo aún más? Si, por supuesto. ¿Puede
mejorar? Por cierto, pero el escenario, ad portas de las municipales, no es
auspicioso.
En el actual escenario, la formalización
de personeros públicos, entre ellos, del Ex Subsecretario Patricio Rosende, por
el manejo de la crisis del 27F, no pudo haber llegado en un momento más propicio
para los inquilinos de Palacio y de Calle Suecia y Antonio Varas, a pesar que
las movilizaciones en Aysén han opacado ese “regalo” recibido intempestivamente.
Todos sabemos que no es precisamente la preocupación por las víctimas per se lo
que los mueve, sino más bien dañar a su principal adversaria: Michelle
Bachelet. Y le darán con todo, mientras puedan, sin pudor.
Ellos, tienen, por cierto, a los
Ministros (as) – Candidatos (as), paseándose por el país, autoproclamándose,
buscando cámaras, y caer muy bien y de manera simpática a la gente. En eso
están, pero será suficiente. No han hecho bien la pega, y saben que el destino
de sus candidaturas y posibilidades, estará estrechamente vinculado al éxito o
no del Gobierno del Presidente Piñera. Saben que están contra el tiempo. Y
quizás no lo logren, pero necesitaran de un aliado poderoso, urgente. El Transantiago
lo fue con Lagos ¿Y Michelle?
Ahí están, esperando la concreción de una
de las virtudes teologales, es decir, la última esperanza, con nuevas formalizaciones
o apelando majaderamente a la responsabilidad política para que la opinión
pública sucumba ante su estrategia.
Sin embargo, el país ya ha tomado nota.
Category
:
opinion
,
politica
,
region
0 comentarios